Exacciones ilegales
Mi poema,
como si estuviera haciendo gárgaras
para llamar la atención de los espectadores
conscientes de las lides amorosas
de que adolezco,
hurgará con franqueza
el riñón de mi memoria emotiva
y hallará que las extensiones desérticas
son dibujos que imitan una flor aislada
en el jardín botánico.
Siempre hubo prestaciones pintorescas,
preceptivas erróneas y señuelos.
Me inflijo al escribir
abigarradas exacciones ilegales;
doy patadas nimias que desencadenan crisis
a mis puntos de vista más genuinos,
los maltrato,
los rechazo ceremoniosamente,
y en su descargo
los versos y la gente que frecuento
contoneando sus brazos aletean
diciendo sin decir en su cordura:
La caja está cerrada. Hoy no se fía.
Me quiero mudar lejos de tu olvido.
Resistir es vencer y no resisto
la marcial corrupción del deterioro.
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