El gorrión entumecido
Apenas un gorrión entumecido
que gime cuando canta,
hace tiempo hube echado en el olvido.
Mas luego su figura se agiganta
volcán en erupción, violín lucido.
El pájaro resiste la tormenta
en el destierro.
El modus operandi:
la boca saciada por polvorienta
tristeza recupera audaz el porte neto
en un velo de tul,
que encubre a las estrellas como un reto
de volver a forjar nido y alienta,
dolido cuerpo gris del esqueleto,
la esperanza que inventa
de andar de rama en rama espeluznante,
en llamas de colores,
paleta en cielo azul,
movido en mi oración de artista errante.
¿Sabe el gorrión que sufre por su amante
que no hay felicidad sin resplandores?