Cruzamientos y aspavientos
El estuario remotísimo de la lengua primigenia
cruza
como una gacela herida
la calle del clarín asonante
y reza.
Tropieza con la divergencia en su confín perenne.
Rauda defrauda
cuanto apaciento.
Calor de hogar acoplado al yelmo somnoliento.